Estudió Ingeniería de Telecomunicaciones, pero también es maestro de Educación Infantil. Ejerciendo como tal se dio cuenta de que algo pasaba en el aula, cuando algunos niños lloraban porque no les salían las fichas y otros las terminaban en apenas unos minutos.
Creó una cuenta de Instagram que ahora tiene miles de seguidores. Luego escribió un libro que te sonará: Thinks for Kids es una atractiva propuesta sobre manualidades que se puede seguir en familia y que apuesta por la creatividad, el respeto y la capacidad de decisión de los pequeños.
Hoy hablamos con Raúl Bermejo porque ha presentado nuevo libro, Ser maestros.
Cuándo empezaste en todo esto, sentiste la necesidad de expresar lo que sentías, supongo…
Así es, de hecho ese fue uno de los motivos por el que abrí una cuenta en Instagram llamada @thinksforkids. Por desahogarme, escribir mis reflexiones de lo que se vive dentro del mundo de la educación y por mostrar al mundo una forma de enseñar en la que creo y por la que lucho. Los niños tienen que aprender en el colegio, por supuesto, pero esto no está reñido con ser felices y no querer irse del aula.
Tus clases no son clases al uso. ¿Qué haces con los niños de Infantil en el aula?
Pues como muchos docentes intento hacer las cosas mejor cada día. Pero sobre todo observarlos, preguntarles y partir de sus intereses. Siempre he intentado adaptar las actividades a cada uno de ellos y respetar sus opiniones y decisiones. En muchos momentos hace que el aprendizaje fluya de una forma positiva, sin tener rechazo hacia el proceso de enseñanza.
¿Y cuáles están siendo los resultados?
Los resultados que he podido observar o que las familias han podido observar en sus hijos han sido muy positivos. Quise cambiar las formas de hacer las cosas, me dieron la oportunidad y me arriesgué.
Obviamente con el miedo a que saliera mal, pero no me podía permitir tener niños frustrados en clase y que lloraran por querer irse a su casa o porque no les salían las cosas. Así que me puse manos a la obra.
La creatividad es un factor clave. Pero Creatividad también es el nombre de uno de tus proyectos. ¿Puedes contarnos en qué consiste?
Podríamos hablar durante horas sobre este proyecto tan bonito que se desarrolló durante años con ayuda de muchos profesores y maestros que se dejan la piel cada día en sus aulas. Un proyecto que partía de los niños y en el que se adaptaban contenidos de todas las materias.
Fue muy bonito y como siempre digo, una de mis locuras educativas que nunca olvidaré. Este proyecto está contado en el libro titulado “Ser Maestro” y ahí lo dejo… [risas]
¿Es posible seguir la programación y aplicar la filosofía en el aula?
Pues una programación en la que son las mismas actividades para 27 alumnos, obviamente no, porque cada niño y niña son distintos y cada uno tiene su nivel de desarrollo. Tal y como está planteado en muchos casos es un gran error.
Hay que tener en cuenta la individualidad, los gustos y los intereses, pero claro… con tantos niños no llegas a todo por mucho que se quiera.
¿Y el resto de maestros? ¿Han seguido tus pasos? ¿Trabajáis todos en equipo y a nivel de centro?
Pues obviamente, fueron muchos los docentes que se interesaron por este proyecto y por cambiar las cosas. Otros no lo hicieron, porque siguen apostando por una metodología más tradicional. Pero eso no nos impidió hacer a los niños felices en sus horas de creatividad o pensamiento creativo. Hacer pensar a los niños es fundamental.
¿Cómo lo llevan tus alumnos? ¿De qué manera se muestran en el aula?
Mis alumnos han sido felices y han aprendido muchas cosas, entre ellas el respeto hacia los compañeros, puesto que es muy importante trabajarlo desde edades muy tempranas. El capítulo titulado “La diadema del dilema” trata sobre el respeto con anécdotas y experiencias muy bonitas y no tan bonitas dentro del aula. Tengo que decir, eso sí, que han sido felices aprendiendo. Y ese tiene que ser el objetivo.
¿Qué dicen los padres? ¿Cuál es su nivel de implicación en este sentido? ¿Cómo lo ven?
Las familias me han apoyado siempre que han entendido mi forma de enseñar y mi forma de enfocar la educación. Y eso es importantísimo. Los docentes y las familias tenemos que remar en la misma dirección para sacar lo mejor de los pequeños. Desde aquí doy las gracias a los cientos de familias que me han apoyado y me apoyan a lo largo de todos estos años. MILES DE GRACIAS.
Ser Maestros es una nueva entrega de tu particular experiencia como docente. ¿Qué podemos encontrar en el libro?
Vamos a encontrar un libro en positivo sobre la educación, de aspectos que considero que son un error dentro del sistema, como experiencias personales que he vivido en todos estos años, con historias reales muy bonitas, conmovedoras y vividas con niños tan pequeños. De cómo se van desarrollando y de “mis locuras educativas”, como yo las llamo. Me considero un maestro inconformista.
Siempre quiero salir de mi zona de confort y apostar e innovar por cosas nuevas. Y eso es lo que he intentado reflejar en “Ser Maestro”, un libro muy personal, que nace con muchas ganas de ayudar a familias y docentes en su día a día con los niños.