Belén Piñeiro es Maestra de Corazón. Lo cuenta en su blog, pero también es patente en sus palabras. Desde que entró por primera vez en el aula de Educación Infantil, cuando tenía cuatro años, supo que quería dedicarse a esto.
A enseñar y a convertirse en ejemplo para sus alumnos. Por eso también se formó en Neuropsicología y Educación. Ha indagado mucho acerca de la Educación Emocional, así que tiene muchas cosas interesantes por descubrirnos… a alumnos, familias y maestros.
De hecho, asesora a distancia y hasta tiene su propia escuela. Hoy charlamos con ella sobre educación, valores y emociones. Muchas gracias por compartir espacio y conocimientos con nosotros, Belén.
Sabías que te querías dedicar a la educación desde siempre. ¿Qué papel juega para ti la vocación a la hora de desarrollar nuestra profesión?
Supe que quería dedicarme a la docencia desde que pisé un aula de Educación Infantil con cuatro años. Tuve mucha suerte con mi primera maestra y desde que la conocí supe que quería hacer lo mismo que ella cuando fuese mayor.
Respecto a la vocación, considero que nadie debería dedicarse a la docencia sin ella. No sólo por su propia realización personal – nadie puede ser feliz haciendo una labor a diario que no le gusta – sino por la de los propios niños. Un profesor desmotivado creará un ambiente poco apropiado en el aula y será un mal ejemplo para sus alumnos. No podemos olvidar que los docentes ejercemos de modelo de referencia para “nuestros” niños.
También te especializaste en Educación Emocional. ¿A partir de cuándo debemos educar a nuestros hijos para que sepan comprender y gestionar bien sus emociones?
El desarrollo emocional comienza desde el embarazo. Ya se ha demostrado científicamente que el estado emocional de la madre influye en el desarrollo del feto, al igual que los lazos de apego que se establecen tras el nacimiento del bebé. Es importante tener esto en cuenta para darle la importancia que se merece a estas etapas.
Pero si hablamos de Educación Emocional de una de forma directa, con ejercicios específicos para trabajar el reconocimiento y gestión de las emociones, normalmente recomiendo esperar a los dos o tres años de vida del pequeño, cuando se haya iniciado en el habla y podamos facilitarle un vocabulario que le permita comprender y expresar lo que siente.
Supongo que esta buena gestión de las emociones debe partir de los padres. ¿Crees que es posible desaprender lo aprendido?
Educar a los educadores es fundamental. No podemos transmitir aquello que no hemos integrado en nosotros. De la misma forma que no podríamos enseñar a sumar si nosotros no sabemos hacerlo. Ocurre lo mismo con la gestión emocional.
Por supuesto que podemos desaprender lo aprendido, sólo que nos costará un poco más de esfuerzo que adquirir este hábito que a los pequeños. Esto es aplicable a cualquier modelo de comportamiento: la alimentación, el ejercicio físico… Cuesta mucho abandonar las viejas costumbres y adquirir unas nuevas. Pero como reza el dicho: Nunca es tarde si la dicha es buena. Si tenemos un buen motivo para hacerlo, lo lograremos. Y ¿qué mejor motivación que lograr nuestro bienestar emocional y el de nuestros pequeños?
Ocurre que no siempre somos capaces de mantener la calma. ¿Qué cosas podemos hacer en esos momentos en los que se nos “olvida” manejarnos con las emociones?
Siempre recomiendo detenernos un segundo, respirar profundamente y hacernos la siguiente pregunta: “Dentro de cinco años… ¿esto importará?” Hay veces que los adultos – como ocurre con los niños – nos ofuscamos en “salirnos con la nuestra” en situaciones que realmente no son relevantes y buscamos problemas donde no los hay.
Por supuesto, hay situaciones en las que no podemos ceder, pero en otras basta con hacerse esa pregunta para darnos cuenta de que esa situación no es tan importante como para hacernos perder los papeles, llevarnos un disgusto y pasar un mal rato.
Aparte de tu amplísima trayectoria como profesional de la docencia, te conocemos por un blog muy especial: Maestra de Corazón. ¿Cómo surgió la idea de embarcarte en este proyecto?
Siempre me ha gustado escribir. Es algo que llevo haciendo desde que tengo uso de razón y creé el blog como un pretexto para instaurar el hábito de seguir formándome, investigando y tener un rincón donde poder organizar mis reflexiones, mis experiencias y, además, compartir todo lo aprendido con el mundo. Jamás pensé que esa idea me llevaría a donde estoy hoy.
También ofreces un servicio de asesoramiento para padres y maestros. Pueden contactar contigo desde la comodidad del hogar. ¿En qué puedes ayudarles?
Muchos padres o docentes desean realizar consultas a especialistas, pero estas no son tan graves como para acudir a un psicólogo o un pediatra. Además, no disponen del tiempo necesario o no pueden adaptar sus horarios a los de una consulta tradicional. Es por eso que he creado este rincón en mi web: para poder resolver esas pequeñas necesidades “en un solo clic”, en cualquier momento y desde la tranquilidad de su hogar.
El mundo de la educación está revuelto: educación emocional, mindfullness, gamificación… Algo está cambiando desde hace tiempo. ¿Cómo lo ves tú?
Considero que la innovación educativa ya no es algo del futuro, sino del presente. Hemos adaptado ya nuestros hogares al S.XXI, nuestros coches, nuestras fábricas, incluso nuestros modelos de familia y nuestra forma de pensar ya no es la que era hace 50 o 60 años. ¿Por qué entonces permitimos que el modelo educativo siga siendo el mismo que el de entonces?
Es evidente que la enseñanza tradicional ya no funciona y que necesitamos actualizarnos. Es por eso que he creado mi escuela online: escuelaconcorazon.com, donde me he rodeado de los mejores expertos en innovación educativa para formar a todos los padres y docentes que deseen adquirir nuevas competencias en estas áreas.
Nos gustaría que nos recomendaras tres libros que te parezcan interesantes para ayudar a los pequeños a gestionar sus emociones con nosotros, hacerlo desde casa y en el aula…
Un libro para padres: Inteligencia Natural, de José Carlos Aranda
Uno para padres y docentes: Educando niños felices
Un libro para el aula: Educar las emociones en la primera infancia
¡Muchísimas gracias por la entrevista!
Gracias a ti Belén, ¡ha sido un verdadero placer!